antes que entre a las librerías de
la mano de los supercombos veraniegos de 17 grises editora. Así que antes de
partir para la costa le escriben a la fan page https://www.facebook.com/diecisiete.grises/?pnref=story... y
encargan por privado así los muchachos se los hacen llegar y disfrutan de este
texto que armarlo nos dio un laburo de novela.
“No hay ninguna verdad para encontrar
en este texto, ni señales, ni indicios programáticos para que la vida cobre
algún sentido. No hay intencionalidad didáctica, y es por eso que Fisher y
los refugiados no puede tomar otro camino que no sea el que lo aleje del
realismo tradicional. Nicolás Guglielmetti reniega aquí de todo lo que pueda
representar Bahía Blanca para aquél que la conoce, obligándonos a masticar una
ciudad desaforada en un gesto de deseo holocáustico (entregando en sacrificio a
su gente, porque aquí nada importa, ni nadie, ni a nadie). Es que, en el fondo,
y sobre todo en los intersticios desbordados y esquizos que son la materia del
lenguaje anárquico de Guglielmetti, esta ciudad no existe y, quizás aún mejor,
jamás exista, para la tranquilidad de quienes pretenden que al final todo resulte encasillable en una fácil respuesta a cada
inquisición que pueda hacérsele a una novela. Fisher es un estallido
de sentidos, porque en sus páginas nada parece empezar ni terminar.” Mariano
Granizo
Se dijo de Fisher
http://www.lanacion.com.ar/186
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/libros-leeremos-2016_0_1513648639.html
5167-los-independientes-suben-la-apuesta
http://www.niapalos.org/?p=21736
Fragmento
"Morder un
corcho, meter tanza para hacer el nudo marinero de ocho en el anzuelo de paleta
sin agujeros. Sentir que esos trozos de metal parten de la boca es una
sensación que no opaca lo anterior. El fulgurar de las glándulas sudoríparas de
las aureolas funciona diferente contra el resto de la piel. Es una carne magra
pero más sabrosa y en si la tarea es placentera aunque los que somos
profesionales hacemos como que parezca algo más. A los que han mostrado
flaquezas los han volado de un plumazo. Este es un trabajo para ardillas:
disparan sin que se sepa bien quién fue hasta que se disuelven en un lugar
ciego donde no llegan las cámaras de seguridad y en apariencia los internos
tienen permitido fumar.
Los primeros
mulos anfibios fueron los de cuero duro. En los papeles eran los congrios los
que encajaban con la búsqueda. Sus mandíbulas eran tan potentes que en un
descuido te podías quedar sin dedos pero tenían el sistema digestivo muy
sensible a diferencia de los gatuzos, mucho más escurridizos y fáciles de
degollar, al pasar la zaranda en el dique, en lo que vendría a ser el fin de la
maniobra peligrosa antes de la distribución.
Había varias
maneras de cocinar fertiliyos. Como Buba le explicaba a Forest sobre los
camarones: fertiliyos en escabeche, en sopa, saltado con vegetales, saltado con
salsa, fritos estilo marinera, al horno, estilo chupín y a la parrilla aunque
eso era a simple vista la gilada del negocio. Con las aletas se hacían dorsales
para guadañas y al diluirlo a altas temperaturas se extraía metal pesado para
hacer chips. Los chinos imploraban por los ojos, cosa que nos pareció rara al
principio hasta que un infiltrado de mi padre que había sido coterráneo de mi
abuelo y parecía no envejecer, nos confesó que él trabajaba para los estados
del este en experimentos del tipo X y que de los ojos no sólo sacaban elementos
de la radiación, ideal para aumentar la potencia sexual, sino para crear una
droga que aletarga el cromosoma del envejecimiento."
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